Que es Sendero Esenio?

Los Esenios eran conocidos
por su vestimenta blanca impecable y eran respetados y admirados por su bondad,
honestidad y sentido de fraternidad sin distinción de clase o raza. Eran los
sanadores por excelencia y se consideraban hijos e hijas de Dios y a su vez los
guardianes de los secretos Divinos.
La consideración de llamar,
“Sendero Esenio” a este programa de trabajo espiritual o de búsqueda Divina se debe a la imperiosa necesidad de que los
“Buscadores Sinceros de Dios” podamos tener un faro de luz que nos ayude a reafirmar los trabajos
espirituales que realizamos o en el caso de iniciarnos en la búsqueda, poder
tener un mapa o guía que nos permita vislumbrar con claridad el camino a
seguir. No pretendemos descartar las escuelas espirituales, credos o creencias
particulares, todo lo contrario, queremos fortalecer los valores adquiridos por
todas aquellas personas que se integren a esta Búsqueda Divina apoyando los
trabajos que realizamos y contribuyendo a la expansión de la conciencia para
servir de ejemplo a la sociedad. Buscamos humildemente apoyar la gran obra de
Dios, llevada a cabo por las Grandes almas, Maestros o Jerarquías Divinas que a
través de los siglos han venido ayudando a la humanidad a elevar su nivel de
conciencia para el retorno triunfante hacia Dios.
Este trabajo de apoyo se
realizará a través de conferencias, seminarios, talleres, recomendaciones de
libros para su estudio y sobre todo prácticas espirituales seleccionadas
especialmente que contribuyan a nuestro
desarrollo.
Consideramos correctos los
preceptos espirituales de humildad, templanza, perseverancia, constancia y
firme voluntad como la base fundamental en que debemos apoyarnos para poder
vivenciar las enseñanzas que nos han legado los grandes Maestros de Sabiduría
que nos han precedido. Sin estas herramientas básicas los frutos de nuestras
acciones, en el sendero de Dios, no verán sus frutos cabalmente, por lo que recomendamos
iniciar los trabajos de fortalecimiento de estas herramientas fundamentales.
La humildad es una de las
más grandes virtudes divinas, por lo que debemos cultivarla llevando una vida
sencilla, austera en el proceder, el hablar y el actuar. Cualquiera sea la
situación que se nos presente siempre tratar de emular las acciones de los
grandes guías, en especial del Divino y amado Jesús el Cristo o el Maestro de
su devoción. Recordar que todos somos chispas divinas y que cada uno esta
participando de la gran aventura con una misión especifica para que se
concretice el plan de Dios en la tierra. Todos somos actores con un papel que
cumplir en esta gran obra Divina, pero sabiendo que debemos realizarlo con
plena conciencia sin ser obstáculo de los demás, permitiendo el pleno
desarrollo o libre albedrío de todos los participantes.
No debemos juzgar o criticar
a nadie por sus acciones, sean estas buenas o malas, ya que lo bueno o lo malo
es relativo y la verdad no es absoluta. Aquello que consideramos bueno o malo
puede ser visto desde otro ángulo por otras personas, por lo que debemos
respetar el libre criterio de los demás, esto contribuirá en el tiempo al
desarrollo del discernimiento o expresión de la Sabiduría Divina.
La constancia o
perseverancia en las prácticas espirituales nos ayudará a fortalecer la
voluntad y la firmeza en el sendero de Dios, por lo que debemos cultivar esta
virtud trazándonos objetivos a cortos y medianos plazos, así como metas
definidas acorde a nuestra búsqueda. Solo quien persevera en la consecución de
sus metas y objetivos consigue el triunfo, por lo que debemos esforzarnos y
trabajar arduamente hasta conseguir la realización Divina.
Solo nos queda recordar que
las experiencias de cada uno enriquecen y motivan a los demás a investigar,
apoyémonos unos a otros en esta búsqueda maravillosa y seamos un punto de apoyo
a otros sinceros buscadores de Dios, para que se cristalice el plan Divino en
la tierra.
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